Hice un intento
por acercarme
desde mis ojos
hasta los tuyos.
Dispuse un punto
fije la mira,
y solté, mi carga celeste
de sentimientos
incontenibles.
Pero hice gris en el blanco…
no pude alcanzarte.
El deseo en suspenso
y la esperanza flotante,
chocaron, contra un costado
filoso de tu mejilla,
concreto y definido
en el espacio absurdo
de tu ignorarme.
No dejaste que te mirara
sin vos, dejar de mirarme,
de puente entre los ojos
y transito de humedades.
Yo viajaba desnudo
con nada planificado,
consecuente de los recuerdos
que son los restos:
lo dicho, lo hecho
lo perdido y lo imaginado.
El tiempo tardo segundos
en retratar mi agonía,
mutó la ilusión en fotos
de viajes y fantasías.
Las lagrimas derramadas
volvieron a sus pupilas
donde hicieron cristales
para entusiasmar mi vista,
modificar mi foco
y darme al menos
un reflejo.
(23/09/2005)